Esos
Los hijos que no tuvimos sacuden almohadas en esta casa envejecida y
llenan de plumas con sus juegos.
Los hijos que no tuvimos vienen de noche a acostarse entre nosotros,
para que acurruquemos las pesadillas.
Los hijos que no tuvimos corren por las escaleras, gritan, desordenan el
aire, dispersan el polvo y no cesan de buscar por los rincones a los padres que
no pudimos.
Los hijos que no tuvimos nos enterraron hace tiempo y lloraron lágrimas
secas que aún se adhieren a las paredes de esta casa que no habitamos.
(Del libro Duele, Ed Sherezade, Chile,
2021).
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