lunes, 7 de junio de 2021

Bicho, de la escritora Virginia González.

 


Feedback en confinamiento

 

Con tanto tiempo en casa, pudimos dedicarnos al gato. Si uno corría con él por a lo largo del pasillo detrás de una pelotilla, la otra lo entretenía con un palo de donde colgaban cordones de zapatos viejos. Lo enseñamos a no subir a la mesa, ni al poyo de la cocina, tampoco a la cama ni a las estanterías.

El gato ha resultado ser un portento de inteligencia, en dos meses nos ha hecho adquirir hábitos insospechados, hasta el punto de mostrarnos cómo dormir en  el sofá o de qué manera debemos usar el arenero.



Bicho

Ese bicho elegante que espera en las esquinas y te mira con dos monedas de ébano y oro.

Ese bicho silencioso, de rabo interrogativo y alas en las patas.

Ese que se limpia y se pule y se abrillanta.

El que muerde los cartones y las cortinas, los palos y las pelotas, el chal y las tiras del bolso.

El que abre las fauces como un león y el que es mimoso como un niño.

El que juega sin fatiga y el que duerme como un lirón.

Ese bicho solitario y compañero, de algodón y uñas fieras.

Bicho juguetón y acrobático, bicho, ah, bicho!

Eres mi gato.


Ese bicho elegante


"Son hermosos los seres vivos y tener uno de estos cerca, muy gratificante, se aprende mucho", dice Virginia.

Ese bicho elegante que espera en las esquinas y te mira con dos monedas de ébano y oro.

El que juega sin fatiga y el que duerme como un lirón.


Ese que se limpia y se pule y se abrillanta.

Para leer más de su humana: 








2 comentarios: