martes, 22 de junio de 2021

Rafalé Guadalmedina

 


Rafalé Guadalmedina


Algo debí hacer mal, pero prefiero no saber qué. Asentada en una madurez confortable, sentía una pesadumbre que me consumía de la misma forma que la carcoma lo hace con la estructura de una casa de madera.

Roberto, mi novio desde adolescentes, trabajaba fuera y yo pasaba demasiado tiempo sola. En un arrebato de sinceridad le confesé que la distancia me agotaba, que sentía la necesidad de compartir mis noches de arrebato y amanecer entre los brazos de alguien especial. Él me propuso que llenara mi vacío adoptando un gato. La idea me pareció tan brillante que decidí dejar a Roberto y enterrar en montañas de cariño a un nuevo compañero de vida.
Por medio de Catinder, una aplicación animal, me propuse encontrar un gato apuesto, cariñoso, culto, sensible y, sobre todo, que no sucumbiera a la tentación de sacar las garras cuando venían mal dadas. Tras citas infructuosas y conocer a mininos de pretencioso maullido, di con Sombra, un gato de piel azabache, delicado ronroneo y ojos de una tonalidad amarilla penetrante. Enseguida se trasladó a casa y pasamos semanas sin separarnos más de un par de centímetros. Veíamos telenovelas, practicábamos yoga, cocinábamos bizcochos, hacíamos ganchillo y leíamos novelas de Corín Tellado. Mi soledad había desaparecido de un zarpazo afilado.
No obstante, Sombra no reaccionaba al dulce magma con la misma efusividad. El gato parecía tener inquietudes más allá de esperar una muerte acaramelada. Una noche después de acostarnos, lo descubrí pegado a la pantalla del ordenador mientras bufaba desesperado. Cuando desperté el gato ya no estaba allí. Acto seguido, Sombra llamó para comunicar que había encontrado trabajo como masajista en otra ciudad. Se había presentado a la entrevista sin cortarse las pezuñas. Juraba que no debía preocuparme: nos veríamos una o dos veces al trimestre por videoconferencia.
Tras despedirme de Sombra, he decidido adoptar un tamagotchi para que me haga compañía. Sería extraño que también encontrara trabajo.


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