jueves, 10 de junio de 2021

Una Mirada a la Micronarrativa Urbana de Angélica Villalba Cárdenas







Una Mirada a la Micronarrativa Urbana de Angélica Villalba Cárdenas

Por: Márcia Batista Ramos - Escritora

 

Más de 20 años de experiencia periodística en la televisión nacional e internacional han convertido a Angélica Villalba Cárdenas en una contadora de historias, como ella misma se describe.

Ganadora del I Certamen Internacional de Microrrelatos Amnistía Internacional Valladolid 2019; del Primer concurso de relato y poesía creativa Libros & Letras 2020; también obtuvo mención especial en el Concurso de Cuento Corto de la Universidad de La Sabana, centro educativo del cual es egresada y profesora.

Co-creadora del espacio «La Esquina Delirante», en el diario colombiano El Espectador.

El universo literario de la escritora colombiana Angélica Villalba Cárdenas, se mueve entre el hiperrealismo literario y la literatura urbana. Siendo que la cultura urbana en la región, es un espacio lleno de situaciones que más parecen fantásticas que reales; dado el grado de elementos populares que intervienen en la narrativa contemporánea latinoamericana, empezando por los quiebres, transformaciones y los cambios experimentados en el idioma, como marca cultural.

La literatura urbana en Latinoamérica, pasa necesariamente, por los espacios de pobreza, en que sus habitantes están condenados a vivir en un permanente contexto de necesidades insatisfechas, exclusión y precariedad… En una lucha constante por la sobrevivencia que ineluctablemente consume todas las posibilidades de ser feliz en el presente y compromete de manera poco optimista el futuro.

Estas situaciones sociales heterogéneas, en países conformados por contrastes brutales, abren espacios para la delincuencia, que es vista, por los marginados, como la posibilidad de ascenso social rápido, o la fórmula mágica para dejar la pobreza y la carencia en el pasado.

 Angélica Villalba Cárdenas, sensibilizada por ese mundo caótico, cementado en las desigualdades, registra la soledad y la violencia del ámbito urbano, desde la mirada humana que la caracteriza: Break

El man era todo alzado y me lo bajé. La embarrada es que el muñeco quedó en plena calle y la sapa de la Miriam gritó re duro. Los tombos del CAI se la pillaron, pero no me voy a dejar agarrar porque ni loco vuelvo a la cárcel.

Corro y corro, sin mirar pa' atrás, aunque aún escucho los alaridos de la cucha Miriam y las sirenas de la patrulla.

De pronto, tras dejar botados a los tombos, lo único que veo, rodeada de gente, es una tarima. En ella están mis ex parceros del parche de rap. Mi salvación.

─ ¿Sigue en la mala, güevón? ─me dice Álex.

─No, para nada, parce. ¿Me deja trepar?

─ Hágale.

Saludo a los demás bailarines y comienzo la función. Siento como mi cuerpo se mueve al ritmo de la música mientras me pierdo entre las rimas.

Un tiro al aire, los bailarines saltan de la tarima y yo solo sigo bailando, como un güevón.”

Angélica Villalba Cárdenas, inserta su narrativa en lo urbano, sin sesgarse, porque ella no ve la ciudad como buena o mala, ella observa el espacio urbano con realismo y lo describe con su pluma hiperrealista; entregando al lector una literatura que no demoniza la ciudad, porque la autora, entiende que el espacio urbano no es el responsable de la desdicha o de la violencia u otras miserias que construye la gente. Angélica es lista y sabe que los infiernos los construyen las personas y no los lugares, entonces ella hace una crítica social contundente, a través de la microficción: Salvaje

Usted es un salvaje de emoción y asfalto. El olor a peste lo enloquece, a tal punto, que no le importa salir a la calle a buscar la historia y su consagración. Recuerda, mientras sonríe, su ataque, con micrófono y cámara en mano, a esa mujer desbordada de tristeza por la muerte de su esposo. La primera víctima del contagio. Una pregunta a la yugular, una nota que abre el noticiero y un titular vendedor: Primicia ¡Por fin, el virus tiene una cara! Ahora usted lea el resultado de la prueba: ¡Dio positivo! Ya tiene su noticia. Es hora de conectarlo al respirador.”

Con un lenguaje objetivo y conciso sin presentar ningún corte sincrónico en el argumento, Angélica lanza su mirada sobre el habitante del espacio urbano; y alejada del sentimiento de injusticia social, ella mira a cada individuo como responsable de sus elecciones, independiente de sus circunstancias, por eso, su ficción se subleva y reporta a la experiencia deshumanizadora que construyen los habitantes anónimos de las ciudad, que representa el escenario de los dramas construidos por los personajes.

Angélica, es consciente de que determinados valores están siendo negados por la sociedad, pero que la decisión final la tiene cada ser humano porque todos llevan intrínsecamente, en su subconsciente, el conocimiento del bien y del mal: Margarita

El corazón palpita muy rápido y ni siquiera sé el por qué. Me llamo Margarita y solo tengo 11 años. Mi madre me sube al camión en medio de la noche, y me suplica que no llore. Pierdo de vista a mis hermanos. Estamos escapando. ¿De qué? No lo sé.  Me oculto entre unos guacales de plátano. Aprieto mi muñeca de trapo muy, pero muy fuerte, como cuando mi padre me hundía en su cuerpo.

- Todo es su culpa. Escucho la voz de uno de mis hermanos.

Me llamo Margarita. Tengo 20 años. De nuevo mi corazón palpita muy rápido. Mi novio me golpea una y otra vez.  Vuelvo al camión, aprieto mi muñeca y me escapo entre los guacales en los que empacan el plátano.

-        Es su culpa, por perra.

Me llamo Margarita. Tengo 50 años. Los latidos de mi corazón son rápidos y fuertes. Un hombre golpea a mi hija. El camión, la muñeca, los guacales de plátano están en mi mente. Los dejo ir y defiendo a mi bebé, de 11 años, igual que una tigresa a su cachorro. Ya entiendo la razón por la que nos escapamos aquella noche de invierno.”

 

Así, la excelente micronarrativa de Angélica Villalba, muestra su mirada diagonal, que se mueve en forma permanente buscando nuevos ángulos de visión y nuevos objetos para ser contemplados en la urbe de cemento y asfalto, con las decisiones personales que acompañaran cada individuo en su transición, según la escritora, al más allá: “A Javier Osuna

Caen los dados sobre el tablero. El diablo me mira con fuego. Ahora somos los dos. Estoy tranquilo; él, impaciente.

– ¿Quién eres para desafiar a la legión?

– Solo soy un periodista, un don nadie.

Mueve su ficha cinco pasos ¡Sorpresa! Entra a la casilla segura. Es mi turno. Respiro y lanzo los dados. El calor me derrite los huesos. Mi cuerpo se quema. Estoy dentro de los hornos crematorios de Villa del Rosario, los veo. El diablo se retuerce en su guarida. Sabe que llegué al centro del juego. Aquí están los desaparecidos. Si existieron.”

Lo cierto, es que Angélica Villalba Cárdenas, logra identificar el capital simbólico de diferentes grupos sociales inseridos en el espacio urbano, para trasladarlos magníficamente a la micronarrativa, con la calidad y lujo de detalles que nos escapan cuando miramos el modelo real.

Para leer más de la autora Angélica Villalba:

https://cronopiakarlita.blogspot.com/2021/04/minificciones-de-la-escritora-angelica.html

 



PATRICIA NASELLO la gran escritora de microrrelatos

Por: Márcia Batista Ramos - Escritora

La escritora argentina Patricia Nasello es una de las grandes figuras de la narrativa hispanoamericana contemporánea, es Magíster en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca (USAL) y Contadora Pública por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Cultivadora del cuento fantástico, los relatos breves y microrrelatos. Obtuvo varios galardones con sus cuentos, entre los que mencionaremos aquellos otorgados por la SADE (Sociedad Argentina de Escritores, seccional Córdoba), el periódico “La Mañana de Córdoba”, la Municipalidad de Alta Gracia (Pcia de Cba, Argentina), la red ning TRIPLE C (Cofradía del Cuento Corto), la “Escuela de Escritores” (España), y las revistas digitales Internacional Microcuentista y Cuentos para el andén.

Su último libro es una antología personal, titulada “Está rugiendo otra vez”. Quarks ediciones, 2020; también publicó la micronovela “Acabemos con ellos de una vez”, Alción, 2019; y los libros de microrrelatos “Qué buen disfraz de leona” Micrópolis, 2019; “Una mujer vuelta al revés”, 2017, Macedonia; “Nosotros somos eternos” 2016, Macedonia; y “El manuscrito” 2001, edición de autor.

Participó en antologías, periódicos y revistas culturales (soporte papel) en Argentina, México, España, Perú, Rumania, Venezuela y Bolivia.

Desde el año 2013 administra Piedra y nido, antología digital de minificción con más de trescientos escritores publicados, de veintiocho países (http://piedraynido.blogspot.com).

Patricia cultiva el microrrelato, un género narrativo poco conocido y algo infravalorado por la mayoría de los lectores, que abarca una larga historia fundamentada por autores como Cortázar, Augusto Monterroso, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, entre otros grandes.

Los microrrelatos de Patricia Nasello ahondan en lo fantástico, aunque sin desatenderse, de la realidad cotidiana como ya comentamos: de hecho, lo fantástico en la vida cotidiana muestra precisamente la indescifrable complejidad de lo cotidianamente real: Interpretación

Me culpa por su ceguera y quiere matarme.

Descubrí el resentimiento y las intenciones que ocultaba ese ojo inútil porque el otro, que está sano, me permitió observarlo frente al espejo.” (2019) Qué buen disfraz de leona

Su prolijidad la lleva a perfeccionar el género literario que la fascina, además, Patricia escribe acerca de la condición humana, a través de su micronarrativa, porque tiene la mirada bien puesta en el mundo que es egoísta y malo, y la autora no puede dejar de conmoverse con el dolor que habita el planeta, entonces registra los dolores del mundo, tal vez, con la esperanza de que un día sus letras reflejen una realidad inexistente, pero que ahora le duele y al narrar los dolores del mundo, su obra cobra tintes de universalidad: “Desamparo

Hoy Gonzalo cumple cinco años, pero nadie se lo ha dicho.

Es de noche, está solo, en la casilla donde vive hace frío —aunque él no se dé cuenta—.

Busca una hoja de papel, blanca, de ser posible. Si apareciera una de color también la aceptaría, hasta con un pedazo de diario se conforma.

Descubre una de color madera bajo las papas, sucia de tierra, arrugada, manchada con grasa. A esto le llama tener suerte.

Quita la taza de la mesa y apoya la hoja estirándola lo mejor que puede. Agarra el lápiz naranja, lo encontró en el barro hace un rato.

Lo que dibuje será su amigo, su compañía, piensa.

No se decide. Los perros le dan miedo, gatos no quiere. Un nene chiquito tampoco, tendría que cuidarlo. Las mujeres son un problema: la abuela se murió y su mamá sale todas las noches; vuelve de mañana, cansada, de mal humor, y a pesar de que siempre tiene puestas pinturas de colores lindos sobre la cara hasta enferma parece. Claro que también hay hombres en el mundo, cada tanto aparece alguno por la casilla. A él, ni lo miran.  

Doña Amanda es otra cuestión. Una gorda de piel áspera y mirada suavecita que tiene una parte del pelo negro y otra parte blanca y otra anaranjada. Ella es la que todas las noches trae el café con leche, pero después se vuelve a su casa y hasta ahora no lo ha invitado.

Gonzalo piensa en Amanda y dibuja una señora. La cara un redondel con rulos, como ella. La boca una raya derecha, nunca la vio sonreír. Un triángulo por vestido. Los pies los hace de cualquier forma, pero con las manos es cuidadoso, esas son las únicas manos que lo acarician.

Al dibujo terminado lo guarda bajo la almohada. No es quiera tenerla encerrada, pero ya se sabe como son los grandes, a la primera oportunidad, se escapan.” (2017) Una mujer vuelta al revés

En los microrrelatos de Patricia Nasello, el lector percibe, fácilmente, las rupturas de los órdenes cronológico y espacial de tal suerte, que la comprensión lectora, es lo que permite la complementariedad del universo narrativo expuesto por la autora: “Luz 

 El Paredón de los Fusilados es un mal sitio de arribo, sin embargo, allí está él. Llegó con esa soledad absoluta de quien, en el afán de negar, hasta cuando le mostraron a su ángel custodio declaró que no lo conocía.

     De pronto, una sombra acribillada se desprende del muro y sale a su encuentro. Se trata de una oscuridad de obsidiana, de una negrura de dragón caído; de un espanto que, sin embargo, habla con alianza en las heridas:

     —Te perdono —dice. (2017) Una mujer vuelta al revés

Como todos los grandes micronarradores, Patricia Nasello, relata expresando una brillante imaginación dilucidada en sutilezas.

La singularidad de su narrativa sumada a breves guiños, alusiones y elipsis, supera el humor fino o cualquier clase de humor, ya que en la obra de Patricia no hay cabida para el humor.

Los relatos de Patricia Nasello, son trabajados apoyados en una formidable capacidad de observación y plasmados en una prosa de singular rigor, articulando una imaginación pródiga y una sorprendente brevedad: “Salvaje

Decide eliminar con crueldad al enemigo: detona una carga de palabras odiosas, gastadas, en descomposición.” Brevilla. Revista de Minificción

Las palabras de Patricia Nasello, la gran escritora de microrrelatos, viajan por el mundo, ya que trabajos suyos, han sido traducidos al francés, italiano, rumano e inglés. Dejando el testimonio de que su caminata como escritora es única y está predestinada a escribir su nombre en las estrellas.




Jonathan España Eraso: La Brevedad de lo Fantástico

                                                            Márcia Batista Ramos

 

El poeta y escritor Jonathan Alexander España Eraso, nació en Pasto, Nariño, Colombia. Publicó cuentos y poemas en varias revistas literarias como Cronopio (Medellín), La Movida Literaria (Bogotá), Musa Levis (Caldas), Puesto de Combate (Bogotá), La Esquina Delirante de El Espectador (Bogotá), Revista Libro Cyberalfaro (Manabí, Ecuador), TXT (Lima, Perú), Plesiosaurio (Perú), Morbo (Campeche, México), Revista El Búho (México),  Revista Luvina (México),  Revista Hispanoamericana de Literatura (México), Punto en Línea UNAM (México), Ariadna (Madrid, España), Margen Cero (España)  Revista Altazor y Letras de Chile (Chile), entre otros.

 Coautor de los libros de relatos "El hombre que leía a Dumas" y "La casa con desván" ambos publicados por Ediciones Rubeo, España, 2011. Coautor del libro "200 años, 200 palabras", antología de minicuentos, editado por RELATA, Cúcuta, 2011.

Además, está antologado en el libro "Nubes Verdes; Antología de poesía viva nariñense-carchense", publicado por Caza de Libros, Ibagué, 2011; También figura en "La vida es bella. Antología poética de cine", publicada por Escarabajo Editores, Bogotá, 2019.

Finalista en el Concurso Nacional de Minicuento 200 años, 200 palabras (2010). Mención de Honor en el Concurso Nacional de Cuento (2010), organizado por la Cámara de Comercio de Montería y el grupo de arte y literatura El Túnel. Con el poema “Descienden de las ramas”, resultó finalista en el XIII Concurso Literario Internacional “Ángel Ganivet” 2019. Premio Correo del Sur como Escritor Destacado de Nariño (2014).

Su primera novela, Travesías, tiene dos ediciones (una colombiana y la otra española).

Es cofundador y coeditor de la Revista Cultural Avatares, editada en Pasto. Dirigió el suplemento cultural La Conjura de los Necios, bajo el sello editorial Avatares. Fundador y coordinador editorial de “Alebrijes Revista Nariñense de Minificción.” Mantiene dos poemarios inéditos: “El silencio voraz” y “Geografía del ocaso”.

Jonathan Alexander España Eraso escribe microficciones, con soltura narrativa, presentando relatos muy visuales y directos, donde se puede apreciar la vivacidad y el movimiento, ya que el autor, juega con coordenadas espaciales y temporales con ritmo ágil y precisión del lenguaje, logrando unidad de efecto. Además, de que utiliza algunas veces en su narrativa, el recurso que deriva del concepto de “lector activo”, que hace que el lector se convierta en parte de la narrativa. Otras, hace que se recurra a distintos sistemas que incitan, de algún modo, a la ambigüedad y, por ende, a la interpretación de lo narrado: “Dios

Soy la luz que ilumina cuanta oscuridad se atraviesa en tu camino. Por esa simple razón y por mi experticia ontológica, puedo afirmar que ya no existo.”

Su prosa está provista de ingenio y una pequeña dosis de humor tolerante y simpático. Jonathan Alexander España Eraso, logra reducir, su narrativa, a un estado mental, convocando recurrentemente a la fantasía, poniéndose siempre en supuestos, en hipérboles.

Tzvetan Todorov, dice que: “el género fantástico, siempre evanescente, dura apenas el tiempo de una vacilación: vacilación común al lector y al personaje, que deben decidir si lo que perciben proviene o no de la “realidad”, tal como existe para la opinión corriente”.

En la narrativa de Jonathan España Eraso, el lector muchas veces se queda sumido en la perplejidad, por no saber cómo explicar los fenómenos extraños que se producen, especialmente, por no estar dispuesto a admitir lo sobrenatural con tanta facilidad como lo natural. Pero, el narrador no vacila e interrumpe su relato en ese punto y se queda claramente en lo fantástico, como se puede observar: “Legión

Después de la batalla, el último hombre en pie, ya sin secretos, desplegó sus alas ominosas. Justo cuando se preparaba para alzar vuelo, de entre sus plumas, empezaron a emerger minúsculos hombres que entonaban cantos lastimeros. De repente, uno de ellos gritó: ¡Las plumas, señor! El hombre recogió una espada y, enardecido, estiró sus brazos, y se cortó las alas. A lo lejos, mientras caminaba parsimonioso, el hombre se transformaba en una multitud que cargaba el cuerpo de Dios y desaparecía por las grietas del sol.”

El autor brinda historias en un mundo fantástico que resulta ser el que habitamos, tanto es así, que el lector se percibe a sí mismo, como parte de la trama narrativa.

La brevedad, en la narrativa de Jonathan Alexander España Eraso, promueve, en todos los casos, estrategias importantes para la significación de sus microcuentos con poder de rigor, tensión, sugerencia; mostrando una preocupación retórica constante para saldar una situación narrativa breve, rápida y fugaz, sin perder su especificidad narrativa: “¿Quién es?

- ¿Quién es? -pregunta una voz desde el lugar más oscuro del patio.

- ¿Eres tú? -indaga temeroso un hombre con arma en mano.

-Soy yo.

Se oyen aullidos de perros.

- ¡He venido a matarte! -exclama airado el hombre.

Al instante se escuchan disparos.

- ¿Quién es? -susurran dos voces quebradas.

Responden con tu nombre.”

En la brevedad de lo fantástico, en un instante, Jonathan logra sumergir al lector a un estado de abstracción de la realidad, para luego devolverle de golpe al mundo real, con una nueva percepción de la realidad o con un tema de cavilación (como tarea): “Encuentros

A Violeta de mil colores

Un pintor nos ha invitado a mi papá y a mí a la apertura de su exposición artística. Asistimos puntales. Recorremos la sala. De pronto, pierdo de vista a mi papá. Decido esperarlo frente a una pintura de un jaguar que apresa por el cuello a su cría; sus garras filosas la sujetan del pecho y le desgarran la carne. Me hipnotizan los ojos brillantes de la moribunda. En la pintura, el fondo nebuloso de la selva, entre las hojas de los árboles, roza el agua de un río. Escucho tinnitus agudos; luego hojas secas que crujen. El olor de la tierra húmeda invade este lugar. Un rugido feroz me estremece. Mi papá está detrás de mí. Se me abalanza. Su mano peluda me aprieta; sus dedos afilados se introducen en mi piel. Siento sus colmillos de fiera hambrienta en mi cuello. El aire se me escapa. Miro la espesura y, en medio de un verde vaporoso, de cara a este cuadro, me encuentro sobrecogida observando los ojos brillantes de la cría donde mi aliento final desaparece.” 

 


Luis Ignacio Muñoz
rebasando la ficción y lo inverosímil
Márcia Batista Ramos
Luis Ignacio Muñoz nació en Nemocón, Colombia. Publicó poemas y cuentos en las revistas Maguaré, Universidad Nacional, Revista Trans-Fugas de Bogotá, Hojas Sueltas de Neiva y 7LUNE de Venecia, un poema traducido al italiano por Silvia Favareto, Italia, 2015.
En el 2016 obtuvo el Premio departamental de narrativas de Cundinamarca.
Es autor de los libros “Reloj de aire”, 2006; “Cuentos para rato”, 2014; “Inocencia de la noche”, 2015.
Varios de sus cuentos fueron publicados en revistas y antologías de autores regionales y algunas publicaciones internacionales como Brevilla, Peuco Dañe, Chile, e-kuoreo, Colombia, Piedra y nido, La batidora literaria, En pequeño formato y Un café y cinco microficciones, Argentina, Letras de Chile, Ikaro, Costa Rica, Delatripa, Nocturnario, Fantastique y Monolito de México y Los Raros de Nicaragua, La Esquina Delirante de El Espectador.
Sus microcuentos fueron publicados en importantes antologías como: Hokusai, Bestiarios, Brevirus y Quarks ediciones.
El escritor Luis Ignacio Muñoz, logra plasmar en su brevedad, situaciones simbólicas y estados de ánimo con mucha vitalidad, consiguiendo dar credibilidad a lo fantástico e irreal, mostrando lo improbable como algo corriente, real y natural, vivenciado y percibido por sus personajes como parte de la cotidianeidad. Tal vez, sea intencional o tal vez, sea influjo de haber nacido en la tierra donde José Arcadio Buendía fue creado.
Tanto por lo onírico de sus protagonistas, como de sus paisajes Luis Ignacio Muñoz, muestra que está, claramente, influenciado por el realismo mágico: “AUTO FANTASMA
El viejo solía pararse largas jornadas al borde de la carretera a esperar con la paciencia y la convicción que solo produce esa fe ciega que no admite contradictores. Algunos caminantes se detenían a decirle que empleara otro medio de transporte para llegar al pueblo pues el carro tardaría mucho tiempo en volver a pasar. Otros más directos trataban de convencerlo que ya no existía tal carro, que nadie lo había visto hacía en ninguna parte, pero él negaba con la cabeza diciéndoles mentirosos, ayer me recogió a esta hora, es un Ford modelo y por si no creen está enterito y va a venir por mí. Las personas se iban dejándolo tranquilo porque estaban seguros de su delirio, además era un viejo inofensivo que soportaba sin inmutarse algunas burlas y hasta reía con ellos por cada ocurrencia. La mañana en que visitó apresurado las viviendas de los vecinos diciéndoles que fueran a ver lo que iba a pasar lo siguieron más por lo que inspiraba su mirada y el tono de su voz que por lo que iba a pasar. Cuando todos estaban allí reunidos les dijo van a ver ahora sí y fue cuando en la curva próxima se oyó el ruido del viejo motor acercándose a donde estaba el viejo. Entre ronquidos asfixiantes se detuvo, abrió una portezuela, se despidió alzando la mano y subió. En pocos minutos arrancó con sus estertores de asmático y fue desapareciendo entre la neblina que había dejado la lluvia. Nunca más regresó.”
Luis Ignacio Muñoz, siguiendo las características esenciales de la microficción, siempre hace del lector una figura muy activa y co-creadora del sentido de sus textos, también porqué, los recursos que implica la hiperbrevedad narrativa, muchas veces, requieren un sobreesfuerzo hermenéutico de su lectura, pero en el caso de Muñoz, ninguno de sus microrrelatos llega a ser opaco o ininteligible.
Su cuentística incorpora el mundo urbano, haciendo gala de la estética posmoderna que muestra el escepticismo en el plano ético, y las “estrategias distanciadoras”, tales como el humor y la ironía.
Los cuentos de Luis Ignacio Muñoz siempre sorprenden bajo su superficie, a través de sus personajes que de manera pacata como quien hace lo que no quiere hacer, por la forma ingenua que se revisten muchos de ellos, ultrapasan las fronteras de lo real, sin alejarse de una calidad estética muy apurada: “PECES PARA MI FAMILIA
Tengo pensado crear varios peces de colores y voy a empezar ya. Quiero fabricarme peces azules, peces rojos, peces amarillos, peces blancos y peces negros para regalar a cada uno de la familia. A mi padre le obsequiaré el pez rojo, a mi madre, le daré el pez azul, a mi hermana le regalaré el amarillo, a mi abuelo el blanco y a mi tío el pez negro. Creo que los pondrán a nadar en el viejo acuario vacío de la casa. Sé que cuando engorden y crezcan los van a devorar a todos juntos.”
Es menester destacar el hecho de que gran parte de los cuentos de Luis Ignacio Muñoz, ofrecen al lector, la posibilidad de vivir una experiencia lúdica ya que sus personajes encarnan la libertad en sus actos diarios y lo hace sin aitia (causa) ni télos (fin), a través de diferentes estrategias literarias, rebasando la ficción y lo inverosímil: “UN GATO EN LA LAVADORA
Todavía me parece oírlo ronronear y restregarme su lomo. Después se reclinó en la comodidad del recipiente mientras las aspas lo hacían girar. Me imagino que dio vueltas como un trompo y cuando la lavadora se detuvo, me acerqué para sacarlo con cuidado. Limpio, oloroso a fragancia de detergente, mirándome con ojos de complacencia.
No me gusta bañar gatos, pero fue por la cochinada que hizo. Debo hacerle caso a mamá, cuando ensucia la casa. Ahora me queda la segunda parte de mi labor: Plancharlo para que vuelva a la normalidad.”

 

  


 

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