lunes, 7 de junio de 2021

Minificciones de Patricia Rivas M.











Lisita solía acurrucarse y dormir en el bolso de su dueña. Un día fue a visitar a una amiga que también tenía un gato, llevado en el bolso.
El micifuz de su amiga, Teodoro, reconociendo el olor extraño, comenzó a ronronear acariciando con cabeza, lomo y patas.



Teodoro, placenteramente, se quedó dormido.
Cuando la dueña del bolso regresó a casa, su felina también percibió el aromo desconocido, arrullándose con cabeza, lomo y patas.
De la misma manera se quedó dormida.



Los minininos pasaron años así, unidos a través de sus fragancias.
Ronroneándose en sueños de oídos. 














 

No hay comentarios:

Publicar un comentario