martes, 6 de abril de 2021
Minificciones de la escritora Ildiko Nassr.
Minificciones de la escritora Liliana Espinoza Tobón.
Semblanza
Liliana Guadalupe Espinoza Tobón, 29 de mayo de 1981, Tehuacán, Puebla. Estudios en Lingüística y literatura Hispánica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, BUAP. Colaboraciones activas en Organizaciones de la sociedad Civil la Mixteca y Sierra Negra de Puebla; desarrollando proyectos y talleres en derechos humanos, derecho de niños y niñas, derechos de la mujer difusión cultural y proyectos productivos para mujeres en situaciones de violencia.
Considerada en publicaciones sobre violencia de género a nivel nacional “Factores que producen y reproducen la violencia de género” OVSG, IBERO, Puebla. 2012, Considerada en el libro de minificción Resonancias publicado por la BUAP, Puebla 2019. Publicación de minificciones en la Revista electrónica Coyolxauhqui, México, 2020. Revista electrónica Alquimia Literaria, España, 2021. Forma parte del colectivo minificcionistas mexicanas.
Cálculo y estrategia
En un futuro continuo, en una sociedad primermundista, abatida por el confort y las buenas formas cosmopolitas, hombres y mujeres con aires de aristócratas amoldan sus prejuicios. Meticulosos con cincel, martillo y desbordada dedicación rompen su nobleza, sacuden sus valores y principios; hasta llegar a la llana y dura sin razón. Todo sea por la sobrevivencia, la supremacía sobre lo que se mueve, hasta lograr su sumisión.
Con rostros agradables y copas llenas de bebidas finas, todos sonríen al verse mover el tablero de ajedrez.
Crash
Es mi pulso extendido en la inmensidad y el silencio, la comparsa que marca la armonía tornasolada de las emociones, que confluyen en remansos serenos y tempestades polifónicas. Es extender y perderme en las extremidades de mi cuerpo, en cada métrica exacta que avanza desbordada en el tiempo. Es experimentar la liberad.
Con la imaginación desbordada y con la batuta en la mano dirige las olas del mar, que encaran las rocas y surcan el viento, tranquilas y estruendosas con impulso desde adentro.
Desde el mostrador el enfermero la mira y piensa: seguro está dando un concierto. Voltea presuroso y sigue preparando el ansiolítico, antes que terminen los aplausos.
Neurotransmisor
Movidas por una fuerza ajena, las pequeñas piedras ruedan entre ellas, rebotando sus amorfos cuerpos terráqueos.
Entre ellas emergen persistentes y abriéndose paso en la búsqueda de algo, unas antenas alargadas y firmes. Antenas sigilosas que giran lentamente, hasta que de pronto algo las detiene, al fin detectan algo…
Al instante rompiendo la guarida y siguiendo la ruta que marcan sus antenas, la cucaracha brinca al exterior. Motivada como una gran corredora aproximándose a la meta, se abalanza ante aquello; lo cual no es otra cosa que un pedazo enmohecido de alimento; que algún humano habría dejado antes de que su sin razón, su ira y su codicia estúpida y violentamente lo extinguiera.
Catarsis
Quizás en un futuro los pensamientos se proyecten en el cielo, como en una pantalla gigante, y así podríamos ver que estamos desbordados de desidia; de tanta que nos enmascara y nos hace codiciar lo que no tenemos. Lo que no nos pertenece y que quizás esa sea, al final, la manera más violenta de autoaniquilarnos.
Ese pensamiento catártico apresaba al soldado espacial, antes de subirse a su nave, después de abatir la especie de otro planeta.
Política exterior
La frontera, una línea que divide la misma piel.
Bouquet
El bouquet de pretus se mezclaba con la melancolía en la habitación. Ella ahí desvanecida en el sofá, con los labios húmedos y encarnecidos los entintaba una y otra vez en cada trago. Inmutada y con la mirada fija en el recuerdo, repasaba minuciosa cada instante de lo que acababa de vivir.
En su mente nuevamente el autobús aproximándose a la estación, ella perfectamente arreglada con el maquillaje justo que blanqueaba su rostro y resaltaba sus tiernos ojos, debajo de ese velo de su sombrero, el vestido vaporoso de seda que se amoldaba a sus muslos al andar, zapatillas de moda adornaban sus pies, abrigo de mink y perfume dulce. Todo enmarcaba aún más su belleza. El momento lo había planeado desde meses, esperaba ese momento, la vestimenta, la manera de actuar, el discurso todo estaba listo. Sin embargo, él solo estaba ahí como cada vez que podía estar, sin nada especial con un atuendo cotidiano e incluso con perfume impregnado de mujeres ajenas.
Esperaban juntos abordar el autobús, él esperando llevarla a su departamento, sin más preámbulo para llenarse de ella. Ella buscando por último algo que le alentara a seguir, pero solo encontraba la esquiva mirada casual, los mismos gestos, las mismas palabras.
El autobús había estacionado y justo en el momento del abordaje, como una niña tierna acaricio su mano y con voz suave le dijo al oído: “ya no puedo seguir” lo beso tiernamente en la mejilla y se alejó. Escena insignificante para el mundo, para ella llena de historia, estaba abandonando al hombre que amaba desde joven, se estaba liberando de la sombra, los besos amargos, el descaro, la apariencia, la deslealtad, de la desolación y las noches frías.
Sin vuelta atrás siguió avanzando como un ave blanca que se abría paso entre la penumbra, hasta llegar a su habitación. Ahora la copa de vino es solo un ansiolítico para olvidar y no regresar. Si lo sabré yo, que en su historia recuerdo la mía.
LIBERTAD
Como cada mañana, la niña corre a la orilla de la playa, huyendo del bullicio de su pueblo, hasta sólo escuchar la sinfonía del mar. Busca ansiosa el sonido embellecedor de las olas y deja que con su dulzura acaricien sus pies descalzos. Vaporosamente su vestido desgajado de manta pura se mueve simulando un plumaje fino al viento. Emocionada y adentrada en su alegría sonríe, a la par que extiende sus brazos finos y alargados; como avecilla queriendo alcanzar el cielo. En sus manos empuña un lápiz desgastado y un cuaderno hecho de retazos, con los que trata de iniciar el vuelo.
Siempre anda lejos, hasta llegar a su paraíso perdido. Apartada de lo demás, sentada sobre una roca, por horas imagina y sueña. La pequeña, apenas hace unas primaveras descubrió su pasión por escribir, escribe casi todo: lo que piensa, lo que sueña, historias de aventuras llenas de amor y libertad. En ellas se concentra, minuciosa detalla cada instante, con tanta dedicación que por largo tiempo se destierra de la pesadumbre, del hambre familiar, del rechazo y de su propio encierro.
Sin más, que pocas lecciones en el colegio, pues en casa no hay más que lo suficiente para existir, y su aferrado espíritu autodidacta había aprendido a leer y escribir con una soltura exquisita. Sin embargo, no sería suficiente sin el apoyo de su amiga” más querida, quien fuera su maestra por algún tiempo; que había sembrado parte de su gusto por el arte literario hablándole en cada atardecer de poesía, música, cine y su gran pasión por la literatura griega.
Con el tiempo la pequeña se convenció que las historias interesantes se podrían encontrar en algunos libros, por lo cual tenía la manía de hurgar en los basureros buscando algún libro viejo y algún otro material para escribir. Cuando encontraba algo interesante con detalle lo limpiaba y acomodaba en cajas de cartón, a un lado de su hamaca. Si encontraba libretas con esmero seleccionaba las hojas
limpias, que cocía y pegaba con retazos de tela; le encantaba tener sus herramientas listas para sus pequeños momentos.
Cuando los gritos en casa desborraban los silencios, ella habría un libro y sumergía su cabeza en las hojas, tratando de tapar esas escenas trágicas de odio y desamor; con aquellos relatos preferidos de libertad y justicia.
Fue así que decidió escribir mejores historias para la vida, para ello tendría que buscar el mejor oficio del mundo el de ser escritora y para serlo debía dedicarse con esmero. Todos los días preparaba sus escritos, muy al estilo aristotélico pues a ella le encantaba entender el mundo a través de su retórica; como quien prepara sus alas, para ir más allá del límite de la libertad.
Esa libertad que por momentos la desencadena y a otros tiempos llenaba su cabecita de constantes interrogante, al mirar a la gente de su isla partir en medio del mar. Se preguntaba entonces; ¿qué es la libertad? Acaso hay más libertad que esta que vivo al escribir. ¿Cuál será esa liberad que la mayoría buscan más allá del mar?
Quizás aún es bastante pequeña para saberlo, pero minuciosa y provisora quiere estar preparada para responder sus dudas. Por ahora ella seguirá huyendo a su paraíso y dejará que la gente la siga llamando “la niña muda que escribe frente al mar”.
domingo, 4 de abril de 2021
Minificciones del escritor Alberto Sánchez Argüello.
EN LA ISLA
Desencuentros
Minificciones de la escritora Nélida Cañas.
Nélida Cañas nació en la plenitud de la llanura, al sur de la provincia de Córdoba y vivió por 25 años en el valle de San Salvador de Jujuy. Actualmente reside en Córdoba.
Ha publicado en poesía: Cifras del misterio (Jujuy, 1988), Sitial del vuelo (Jujuy, 1991), Animal de lo desconocido (Víctor M. Hanne Ediciones, Salta, 1997), Jaurías del alba (Alción Editora, Córdoba, 1998), Dibujo de mujer (Alción Editora, Córdoba, 1999), El agua y la greda (Alción Editora, Córdoba, 2001), Una palmera en el fondo del cielo , Aforismos,(Editorial Vinciguerra, Bs.As.,2004), Opus lunar (Colección de Poesía La Chuña, Salta, 2007), Mariposas de Pekín (Apóstrofe Ediciones, Jujuy, 2012), El libro de las flores (Ediciones de La Eterna, Tucumán, 2014.
En narrativa: De este lado del mudo, incluye microrrelatos, (Víctor M. Hanne Ediciones, Salta, 1996), Breve cielo, microrrelatos y otros textos breves (Universidad Nacional de Tucumán, 2010), En la Fragilidad de los días (Apóstrofe Ediciones, Jujuy, 2013), Intersticios, microrrelatos (Apóstrofe Ediciones, Jujuy, 2014), Chiquilladas (Apóstrofe Ediciones, Jujuy, 2016), Como si nada, microrrelatos (Macedonia Ediciones, Bs.As., 2018), De nunca acabar, microrrelatos (Macedonia Ediciones, Bs.As. 2020
Ha escrito reseñas y ensayos entre ellos: Vuelo de pilpintos (acerca del microrrelato)
Integra numerosas antologías: Poesía del Noroeste argentino, S.XX (Fondo Nacional de las Artes, Bs.As., 2004), El límite de la palabra (Menoscuarto Ediciones, España, 2007), Monoambientes (Desde la Gente Ediciones, Bs.As., 2008), El microrrelato en Jujuy (Apóstrofe Ediciones, 2012), Microrrelatos del Noroeste argentino (Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura de Salta, 2013), Borrando fronteras, Antología trinacional (Argentina- Chile- Perú) de microficción, (Macedonia ediciones, 2014), Antología bilingüe (castellano-italiano) Buena Letra 2, (Commisso Editore, 2014), Textículos del NOA –El microrrelato en las voces de seis autores, ediciones Proyecto, 2014, El Quijote en Tucumán, Volumen homenaje, 1615-2015,Facultad de Filosofía y Letras-UNT,2015, Basta, cien mujeres contra la violencia de género (2013), Cuaderno Laprida (Tucumán, 2016), Entre mate y mate, Micrópolis, Lima, 2017 , #Todos diferentes Antología argentina de microrrelatos y relatos adolescentes (Macedonia ediciones, 2018) Micros argentinos, selección, Clara Obligado, prólogo de Raúl Brasca. Madrid, 2020. Brevirus, Antología internacional de microficción. Editora Lilian Elphick, Chile, 2020. PequeFicciones, microficciones para niños, compilación: Manolo Soto y Chris Morales, Parafernalia Ediciones. México, 2020. Campanadas, Antología de microficciones navideñas dirigida por Alberto Sánchez Argüello, Quarks Ediciones digitales, 2020. Micronesia, Antología
homenaje a Homero Carvalho Oliva, Compilación: Sisiana Anze, Quarks Ediciones, Lima, 2021
Integra el proyecto MICROLEE, desde 2018
Ha recibido premios Nacionales e Internacionales. Y publicado en Diarios y Revistas Culturales. Recientemente en la Revista Quimera N° 412, abril de 2018, en la sesión Los pescadores de perlas, Barcelona, España. También en distintos blog como Máquina de coser palabras del escritor Juan Yanes, el relato La otra oscuridad.
…
Semblanza …
…Nací en la llanura al Sur de la provincia de Córdoba. Mis primeras lecturas fueron cuando no tenía libros y la naturaleza se me ofrecía pródiga. Necesité nombrarla. Aprehenderla. Después serían los libros. El deslumbramiento de otros universos. Otras vidas. Desde siempre me acompañan las palabras. Cuido de ellas con la misma minuciosa dedicación con la que cuido de mi jardín. Cultivar un jardín se parece a la escritura. Preparar la tierra. Sembrar. Desmalezar. Después fue el amor. Jujuy. El precioso valle abrazado por dos ríos. Los hijos. La casa. Los libros. Y en cada uno de ellos el deseo de reunir lo que la vida dispersa.
Me gusta estar atenta al rumor de lo que nace. A las epifanías de lo cotidiano. A todo cuanto existe, desde el canto de un grillo hasta el dibujo de las constelaciones. Contemplarlo todo y ver las infinitas mutaciones.
Nélida Cañas
Córdoba, marzo de 2021
Minificciones de la escritora Angélica Villalba Cárdenas.
Angélica Villalba Cárdenas
La seducción de la seda
La brillantez de la tela atrajo mi atención, caminé hacia ella porque necesitaba recostarme sobre esa cama brillante y lo hice. Descansé al sentir la superficie amoldarse al cuerpo. El insomnio de las noches anteriores traicionó la picardía y dormí. Un sobresalto interrumpió el incipiente sueño, cuando afuera de la habitación escuché una voz. Era la señora de la casa, pero, ¡si la dejé en el supermercado hacía apenas 15 minutos! pensé.
Me oculté debajo de las sabanas de seda para que me confundiera con don Carlos. Estas empezaron a aprisionarme el cuerpo como envolviéndolo. Sobre mi cabeza, la seda no me dejaba respirar. Una voz dijo: ¿Querías dejarme? Eso no es una opción para ti. Cuando estés en el infierno recuerda que acabo contigo una viuda negra.
Bestia peluda
Amo vestir mi cama. No le digo tender porque es un arte, así que empiezo quitando los cojines, las sábanas, el duvet y el fastuoso cubre lecho, dejando al descubierto la funda Inmaculada del colchón. Traigo otros tendidos y al volver a mirar esa bella superficie blanca, un monstruo de ocho patas peludas y negras camina sin pudor sobre, hasta hace unos minutos, la desinfectada cama.
El cuerpo se me paraliza del asco y el miedo. Con cada minuto, se hace más grande, peludo y poderoso ese bicho salvaje. Grito y el animal ni se inmuta, por el contrario, se pone en posición de ataque. Mi hija de cinco años entra a la habitación para ver qué pasa y suavemente toma a la bestia en sus pequeñas manos, con tanto cuidado como si estuviera hecho de porcelana: “Mami es un arañita, tranquila”. La pone en el piso y se va a jugar.
Periodista y escritora. Ganadora del Primer concurso de relato y poesía creativa Libros & Letras y del I Certamen Internacional de Microrrelatos Amnistía Internacional Valladolid, España 2019 y Mención de honor del Premio de Cuento Corto de la Universidad de La Sabana, institución educativa de la cual es jefe del Departamento de Periodismo. Creadora del blog ‘La Esquina Delirante’ para el periódico El Espectador. Sus crónicas y cuentos publicados en Mundo Sodexo y en diario El Espectador.
Día de dragones
Angélica Villalba Cárdenas
Somos los dragones de la noche. Pertenecemos a una estirpe temida por muchos, pero conocida por pocos. Mis hermanos y yo siempre tenemos hambre y, por eso, contamos los minutos para salir a cazar. No es fácil esperar a que todo se aquiete, a que la ciudad se duerma.
Nuestros enemigos son los seres del sol. Criaturas monstruosas carentes de piel peluda, de alas y, lo más raro, sin dientes afilados. Estos seres extraños emiten sonidos insoportables. Golpean a sus hembras y enjaulan a otros animales, los dejan así durante varias lunas y luego los sacan para quemarlos en agua caliente. Algunos de nuestros hermanos caen en sus garras.
De pronto, el silencio. Llega la hora de salir de la cueva. Sin pensar, nos convertimos en una espiral que emite un hermoso silbido, mientras nuestras alas luchan para no chocarse. Y es que la luz quema los ojos, nos miramos con extrañeza. Es de día.
¿Por qué hay silencio? ¿dónde están los monstruos del sol? Volamos hacia la ciudad y abajo vemos calles vacías, gobernadas por un viento frío. No pronunciamos palabra alguna. El tiempo de los seres del sol termina hoy. Comienza la era de los murciélagos.
Abundancia
El hambre camina en la plaza de mercado. Lo hace antes de la media noche, antes de que los camiones lleguen con los alimentos frescos. Las frutas, aún coloridas, tratan de camuflarse entre las cajas porque tienen la esperanza de que los clientes puedan disfrutar de su sabor. Sin embargo, nadie se escapa del hambre y con sus manos oscuras, las va tocando hasta marchitarlas; con su nariz absorbe hasta el último aroma delicioso. Al amanecer, se abre la puerta de la tienda donde están las frutas moribundas; entonces, escuchan la voz de un hombre: “Se perdió lo que trajimos ayer. Hay que llevar esto al basurero, lo perdido, perdido
está. Exhibamos lo nuevo”. Tristes entre las canecas, ellas se juntan para esperar el final, ese final que significa el abandono.
De pronto, unos gritos las despiertan: “Mamá, ¡mira lo que encontramos en la caneca! No huele tan mal”. La mujer llora por el milagro en los desechos, recogiendo las frutas para luego cortales las partes dañadas. La familia come, ríe y canta, mientras que el hambre, derrotada, camina hacia los sembrados para eliminar, de una vez por todas, a su enemigo.
Proximamente: minificciones de la escritora Martha Morales.
Martha Morales
Guadalajara, México
Directora de Teatro
Escritora
Biografía
Egresada de la Escuela de Teatro del Departamento de Bellas
Artes de Guadalajara. Realizó cursos de ‘Actuación
y Dirección’ con los maestros: Bruno Bert, Sergio Bustamante y con
elementos del Odín/Teatro de Dinamarca, del maestro Eugenio Barba.
Ha realizado diversos diplomados, entre los que destacan: Culturas populares, Gestión Cultural y Procuración de Fondos (CONACULTA) Talleres de Dramaturgia con Hugo
Hiriart, y Maribel Carrasco. En Literatura, Cuentos: Letras Tintas,
con la Maestra Gabriela Torres Cuerva.
Como maestra de teatro, ha impartido diversos talleres para niños, adolescentes y adultos en
programas especiales. Ha realizado
diversas adaptaciones para teatro, entre ellas destacan: ‘Al Filo del Agua’, del
ilustre jalisciense Agustín Yáñez; y la Obra histórica: ‘1810; Independencia y Libertad’,
entre otras. Fortalece su lectura con autores universales.
Ha dirigido más de 20 obras de autores mexicanos e
internacionales, y participado como actriz en más de 30 obras. entre las que
destacan: ‘Medea’, de jean Anouilh, ‘Calígula’ de Albert Camus, ‘Titus
Andrónicus’ de William Shakespeare; ‘Así pasan’ de Marcelino
Dávalos; ‘Al filo del Agua’ de Agustín Yáñez; ‘Delgadina y la Reina su Madrina’
de Norma Román Calvo, etc. Y participado como actriz en más de 30 obras.
En Teatro ha
recibido las siguientes distinciones: 2012; Directora de la Compañía Estatal de Teatro, y en 2016; Galardón a la “Trayectoria Teatral, otorgado por el CECA
y la Secretaría de Cultura.
En Literatura ha recibido los siguientes Premios: 2do. Lugar Concurso
Nacional “Antología de Narrativa, Cuento y Poesía: Algo llamado Horror”,
Tijuana, Baja California, 2019. Y Galardón 56°
Concurso Internacional de Poesía y Narrativa “Premio a la palabra”, en Junín, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Género: Narrativa
y poemas.
Obra publicada:
Cuentos breves: Des Amores y otras Yerbas; así como la publicación de sus
cuentos en la Primera Antología de Escritores Latinoamericanos en Cochabamba,
Bolivia, y en la Segunda Antología de Narrativa, Cuento y Poesía; Algo
Llamado
horror. Está incluida en el Diccionario de Escritoras en Guadalajara.
Minificciones de la escritora Susana López Malo.
Susana
López Malo nació en Puebla. Es Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana.
Ha trabajado en diversos proyectos editoriales —educativos, publicitarios y
literarios— y ofrecido varios talleres que promueven la lectura y escritura con
y para niños y jóvenes. De 2012 a la fecha, se ha formado en numerosos talleres
de creación literaria y como mediadora de lectura.
Si vienes, te cuento es su primer libro de cuentos para
niños, el cual fue editado por Fomento Editorial BUAP en 2015. En 2016, su
cuento Arturo fue publicado en Brevario Antología de cuentos de la E,
del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla. Ese mismo año, con el
cuento Mudanzas, Susana ganó el primer lugar en el concurso de cuentos
sobre alebrijes del Museo de Arte Popular de la Ciudad de México.
La obra de Susana
también ha sido publicada en diversas antologías nacionales e internacionales
como: Muestra de cuento Universitario (2012), Poquito porque es bendito (2013),
Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve
peruana (2017), Cortocircuito. Fusiones en la
minificción (2017), Vamos al circo. Minificción
hispanoamericana (2017), Resonancias (2018), Mosaico (2020) y Ficción
atómica (2020).
Vendida
Musicalizada por Minimanía
Difusión de la minificción
Ahí
estaba, brillaba ante mis ojos. Era la casa de mis sueños, de los dibujos de mi
infancia: con fachada de cuadrado, techo de triángulo, puerta de rectángulo y
ventana circular.
El sol era espiral con rayitas a los
lados; el árbol tenía copa de nube y sus cuatro manzanas rojas. En la puerta,
una niña con vestido de triángulo, bazos y piernas de palo, me saludaba. Y el
perro, ovalado sin cola, me recibía con un ¡Guf!
Reconstruido
Aparece en Ficción Atómica, Editorial
Palíndroma
Un
día despertó con una pierna rota, y no le quedó más remedio que comenzar a
arrastrarla para poder caminar.
Al día siguiente se miró en el espejo y
descubrió que tenía un brazo chueco. Intentó enderezarlo desde el codo, luego
desde el hombro, pero no pudo.
Al
mes, ya traía la cabeza en la mano y la cadera chueca. No cabía la menor duda:
era un hombre nuevo.
Minificciones de la escritora Ruth Escamilla Monroy.
Minificciones de Diana Raquel Hernández Meza
Minificciones de la escritora Vimarith Arceaga-Aguilar.