viernes, 2 de abril de 2021

Minificciones de la escritora Fabiola Morales Gasca.

 

Fabiola Morales Gasca  Maestra en Literatura Aplicada en la Universidad Iberoamericana plantel Puebla. Titulada del Instituto tecnológico de Puebla en la Licenciatura de Informática y egresada de la Maestría de computación en la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP. Fue alumna de la Casa del Escritor y la Escuela de Escritores. Egresada del Diplomado de Creación literaria de SOGEM. Autora de libros infantiles, poesía, cuento y minificción. Participante en diversas antologías de España, Argentina, Venezuela, Colombia y México. Fabiola es lectora voraz y escritora incansable.



LA GOTA 

La llevó al hotel  después de tres copas. Ni siquiera la besó, la arrodilló enfrente a  él depositando su pene con toda su ansiedad sobre la boca de ella. La frescura de sus labios hizo que vaciara hasta su última gota de semen sobre el pecho de la mujer. Él no se percató que,  a medida de que el esperma  se deslizaba  entre los senos, una luz azul emanó de la femenina medula ósea, extendiéndose por toda la habitación. La piel de ella se iluminó de tonos del arcoíris, pasó de simple mujer a hermosa hembra.  Entonces la vio con lujuria exquisita y  la penetró con la más furiosa lentitud para, líquido desintegrarse en el profundo espectro de ella.



 

LA NUEVA LLAVE

Tú mereces un hombre diferente cada día. Fue la última sentencia que le escuchó de su boca al despedirse.  Ella, sería, taciturna, de mirada inteligente y de cuerpo voluptuoso, no supo cómo responderle. Pero algo dentro de ella se ahogó, se sintió un animalito indefenso tirado a un profundo pozo seco. Al transcurrir los días extrañó el restregar los cuerpos, la penetración lenta, dolorosa, pero delirante de aquella raíz de hombre fatigada.

Pensó en su espalda, en sus nalgas sobre ella debatiéndose entre la vida y ganándose la muerte pequeña. Recordó el paraíso entre sus piernas abriéndose ante esa llave desgastada, oxidada por fracasos acumulados. Y así sobre el precipicio de la más pura nostalgia se lanzó con su corto vestido entallado y un pequeño bolso de mano y se fue a parar en una semioscura esquina del pueblo. Remató ahí al encerrado paraíso a una llave más joven y menos extenuada.



 






Minificciones sobre Arañas para mi habitación
Fabiola Morales Gasca
Ariadña 

Ariadna se desesperaba cada vez que no tenía hilo para seguir haciendo ovillos. Cada noche que ocurría eso, se dormía profundamente y se soñaba siendo araña. A la mañana siguiente ya tenía el hilo suficiente para seguir trabajando. Un día despertó y Ariadna no se convirtió en humano, se hallaba de pie sobre sus ocho patas.

Tejedora
Muy temprano aquel día descubrió la araña en la esquina de su recamara tejiendo apresurada. La contempló durante minutos extasiada, le dejó  algo de comida  y en silencio se alejó para dejarla trabajar. Todas las quimeras de la mujer se volvieron de plata.  Cada noche reposaba sobre la delgada tela de sueños plateados que aquel pequeño ser tejía para ella.  


Creador
Tejió sus hilos de estrellas sobre el inmenso vacío del cosmos. Después tejió galaxias, asteroides, cometas, nubes estelares, meteoritos, planetas. A estos últimos les otorgó vida, armonía  y problemas propios. Creo seres pensantes en la mayoría de aquellos cuerpos celestes. Exhausto por su trabajo descansó  en la esquina de su universo creado. Así Dios reposó sobre su enorme y exquisita red plateada.

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